lunes, 31 de enero de 2011

Reflexiones sobre las “Tendencias epistemológicas de la investigación científica en el siglo XXI” del Dr. José Padrón Guillén (Enero 2007).

Grupo # 2: Antolínez G. Nancy, Arroyo V. Boris, García Sandra

El Dr. José Padrón, efectúa un riquísimo recorrido sobre el desarrollo, desde diferentes enfoques, de la epistemología (entendida como teoría de la ciencia y la investigación). Realiza una referencia, que considera esencial, a las concepciones manejadas entre 1920 y 1990, como raíz para la comprensión de las tendencias manejadas hasta el 2006 aproximadamente. Expone su preocupación sobre la función que se la ha venido dando a los estudios de epistemología en los postgrados, en la investigación dentro de las universidades latinoamericanas y en la formación de investigadores; rechazando la orientación que se le pueda dar hacia la erudición filosófica o, por otro lado, hacia la libre reflexión. Para él, “debería considerarse una orientación de la epistemología como fundamento para la investigación que se realiza en la práctica y para la gestión de la misma en los planes curricular e institucional”. Justifica su posición, sobre la base de la necesidad del desarrollo de la investigación como el verdadero camino que tienen algunas sociedades para liberarse de la subordinación y dependencia a la que han estado sometidas. Importante aquí para ilustrar, reflexionar sobre el caso Venezuela, donde sobran los ejemplos de la dependencia tecnológica que tradicionalmente se tuvo de grandes empresas norteamericanas y europeas y, en la actualidad se pretende “solventar” esta dependencia tecnológica sustituyéndola por otra pero esta vez importada del oriente. Para evitar esto, propone el Dr. Padrón a la epistemología, concebida como “teoría que explica el conocimiento científico y no como erudición filosófica ni como reflexión retórica”. Bajo esta óptica, debe el estudiante y/o investigador manejar directamente nociones epistemológicas para lo cual necesita la formación explicativa correspondiente, pero no normativa.

En este sentido, sugiere el autor que la noción de epistemología así como la consideración de las diversas tendencias en su desarrollo histórico deben ser tratadas bajo la óptica de su relación con determinadas perspectivas de fondo que generan diversas posiciones en las formas de “hacer epistemología”. Apunta hacia la necesidad de considerar las variaciones de tendencias que tendrán lugar en el futuro próximo.; o sea, a pesar de todo lo que se ha escrito y tratado hasta los momentos, el tema es inagotable y, por ende adquiere cada vez no solo mayor profundidad, sino mayor relevancia. En la medada que mas aportes se presenten para clarificar el tema, mas complejo se torna el mismo.

No olvida el Dr. Padrón mencionar el surgimiento de nuevos problemas y el replanteamiento de problemas antiguos a las nuevas propuestas que se asoman como solución sobre la amplia discusión de todo lo que esté relacionado con la epistemología. Hace énfasis en los “modernos” problemas a considerar: el de la justificación, desde el punto de vista del grado de credibilidad o confianza que se puede depositar en los resultados obtenidos en una investigación; y el de las ciencias sociales, sobre todo en lo referente a su relación con las ciencias naturales

Sugiere también el autor, la importancia de la continuidad e interrelación en el abordaje de los contenidos epistemológicos, para lo que realiza aportes tales como cuadros explicativos presentados en el artículo, aclarando que ni son los únicos ni necesariamente los mejores, invitando a aquellos que lo consideren conveniente a unir esfuerzos en ese sentido; pues “lo importante es contar con algún tipo de recurso que evidencie los nexos entre los contenidos epistemológicos y que los haga mas fecundos y más próximos a las necesidades prácticas de la investigación universitaria”. Para esto, quienes escriben, como neófitos en el tema y profesionales de las consideradas “áreas duras” reconociendo la profundidad del tema y muy humildemente, proponen a los conocedores el uso de un lenguaje más fácil de digerir o en la medida de lo posible, la creación de una especie de diccionario que facilite, a aquellos que como nosotros no tienen ese bagaje conceptual en el tema, “traducirlo” a un lenguaje mas amigable, que permita el acceso a ese léxico un tanto elitesco.

EVALUACIÓN DE COMPETENCIAS EN EL DESEMPEÑO DOCENTE EN LA UNIVERSIDAD “José Félix Ribas”

Nancy Antolínez G.

INTRODUCCIÓN

El conocimiento desempeña un papel fundamental en la vida de los hombres y de la sociedad en general. La modalidad más primaria del conocer es la comprensión; que se puede enfocar desde dos puntos de vista diferentes: la imprecisa e inconsciente y la consciente, reflexiva y objetiva. Son los procesos metodológicos quienes permiten al hombre superar el estadio del conocimiento impreciso para llegar a un conocimiento reflexivo. Es por ello, que la investigación representa una herramienta para poner en marcha dicho proceso; pues gracias a ella se adquieren y ordenan ideas para formar conceptos, enunciados, principios, leyes y teorías. Al realizar una investigación científica se hace necesario que los hechos estudiados, sus relaciones y los resultados obtenidos reúnan ciertas condiciones de fiabilidad, objetividad y validez entre otras; esto se logra mediante la evaluación y la delimitación de los procedimientos de orden metodológico, para de esta manera intentar dar respuesta a todas las interrogantes objeto de investigación.

En este sentido e inmersos dentro de la actualmente convulsionada dinámica universitaria, se hace necesario, que al considerar la evaluación del desempeño docente, no se deje a un lado la rigurosidad científica que esta tarea implica, más aun bajo el entendido de que el referido proceso evaluativo no busca otra cosa que la mejora en la práctica evaluativa como beneficio para sus protagonistas, los Docentes y los Estudiantes, no implicando esto, que se le de menor importancia a los otros componentes del Sistema Educativo.

Dentro de este ámbito, el propósito central del presente trabajo es, sobre la base de la opinión de los Docentes involucrados, mejorar la praxis educativa por medio de la un Sistema de evaluación de competencias del desempeño del docente, específicamente en la Universidad Politécnica Territorial “José Félix Ribas”


La Docencia y la Evaluación

En la búsqueda de la mejora de la acción educativa, es necesario y lógico el surgimiento de la evaluación educativa. Según Tejada, en Jiménez et al (1999,33) la evaluación es un proceso sistemático de recogida de información que implica un juicio de valor y está orientada hacia la toma de decisiones. Esta definición involucra la realización de un juicio, o sea, si no se obtiene como resultado una clasificación o categorización, no se está evaluando. Además, evaluar supone obtener información para sustentar el proceso de toma de decisiones, por ende, si es orientada hacia el proceso educativo, esta obtención de información debe girar sobre el proceso educativo en sí, desde un punto de vista integral, estableciendo una relación básica entre objetivos y resultados.

Por otro lado, el Joint Committee of Standards for Educational Evaluation define la evaluación como el enjuiciamiento sistemático de la valía o el mérito de un objeto (Stufflebeam y Shinkfield, 1993:19) y, aunque pudiera parecer que estas dos posturas conceden un poder absoluto al evaluador, Tejada acota en Jiménez et al ( 1999,33) “Téngase en cuenta que la adjudicación de un valor no significa tomar decisiones, por cuanto los evaluadores pueden realizar esta tarea y otras personas , ajenos a ellos, pueden tomar las decisiones. Queremos decir que la función principal del evaluador está en la valoración, pero no necesariamente en la toma de decisiones, que puede corresponder a los responsables del programa o de los objetivos a evaluar, políticos, u otros”, entonces, podría pensarse que estos dos conceptos tan sencillos y con la misma esencia, presentan divergencias profundas dependiendo de quien los interprete o utilice lo que viene a constituirse en otro ingrediente más en el, aparentemente simple, concepto de evaluación.

Aparte de esta y otras muchas divergencias que se puedan presentar con respecto al papel y poder del evaluador, es necesario tomar en cuenta el papel de la asignación o adjudicación de un valor o valía, pues aunque parece estar claro que podría considerarse como el proceso de detección de fortalezas y debilidades y el establecimiento de juicios, hacia la búsqueda de la mejora y / o la relación entre objetivos y resultados, es indudable que las comparaciones que se efectúen dependen directamente del objetivo o fin de la evaluación, que como se ha afirmado anteriormente es la mejora, pero ¿ de que parte del proceso? o ¿será de todo el proceso?. Esto va a depender de la finalidad perseguida por la evaluación, Diagnóstica, Formativa o Sumativa. En todo caso, siempre está implícita la comparación entre una “Situación Actual” y una “Situación Ideal”, que no necesariamente esta claramente definida o es coincidente para los múltiples actores del proceso de evaluación. Esta comparación puede realizarse desde muchos puntos de vista diferentes, desde el objetivo, por ejemplo, o desde el proceso en sí, o desde la administración del proceso, o de resultados esperados, o de conductas obtenidas, para el caso específico de la Docencia.

Otro factor importante sobre la evaluación, es el momento de su aplicación, ¿Debe ser continua o puntual?, ¿Se debe efectuar al principio, en la mitad o al final del proceso?, ¿Debe ser permanente y / o repetitiva? Y, aunque es lógica la necesidad de la retroalimentación, ¿En qué momento debe realizarse ésta?.

Según Fuentes-Medina et al (1999: 354) “La diversidad teórica con la que se ha alimentado el concepto de evaluación no hace más que dificultar su realización práctica. Cada autor entrega una definición distinta, según su perspectiva, objetivos o marco teórico de referencias; ....” El amplio y complejo concepto de evaluación, parecen indicar que es indispensable acotar estrictamente y acorde a los intereses o fines de la evaluación, al contexto y al marco referencial, la óptica desde la cual se va a trabajar, pues de lo contrario, se caería en un estudio tan amplio y ambicioso como complejo.

Para el Joint Committee of Standards for Educational Evaluation, una evaluación debería cumplir cuatro condiciones fundamentales:

¨ Debe ser útil, es decir, estar dirigida a aquellas personas y / o grupos relacionados directamente con la tarea de realizar aquello que se está evaluando. Debe proporcionar informes claros de una manera oportuna.

¨ Debe ser factible, aplicar controles razonables y emplear procedimientos que puedan ser utilizados sin muchas complicaciones.

¨ Debe ser ética, estar basada en compromisos explícitos que aseguren la necesaria cooperación, la protección de los derechos de las partes implicadas y la honestidad de los resultados.

¨ Debe ser exacta, debe describir con claridad el objeto de su evaluación y su contexto, siendo capaz de revelar las virtudes y defectos del plan de evaluación, de los procedimientos y de las conclusiones.

Como se puede observar, la evaluación debe responder a los requerimientos y necesidades de quienes la utilicen y se sirvan de ella, como fuente de enriquecimiento y apoyo.

Si a este complejo concepto de Evaluación, le sumamos el de Docencia, para poder ubicarnos en el campo de la Evaluación al Docente, es necesario tomar en cuenta un sin fin de variables y conceptos que están íntimamente relacionados y sobre los cuales es necesario asumir posición.

La Docencia es una de las tareas primordiales en el desempeño del Profesor Universitario, sin desmerecer en ningún momento otras funciones significativas como la Vinculación Social, la Investigación o la Directiva o Gerencial por ejemplo. Pero nuevamente, este concepto que entra en juego vuelve más compleja la situación.

Basándose en algunos autores (Herrero et al 1991) que identifican la calidad de la Docencia con la calidad del Profesorado en general, se podría caer en la tentación de dejar a un lado otro protagonista dentro de este proceso, por ejemplo, el estudiante, que es “el personaje escondido en este entramado de relaciones que es la educación y, en última instancia, su razón de ser” (Jiménez, 1999).

Pasando por alto el concepto de calidad, para cuya comprobación es necesaria la evaluación, y en la búsqueda de concretar y limitar el tema en estudio, se hace necesario una delimitación del significado de Docencia, pues “el análisis de las diversas orientaciones conceptuales se hace imprescindible como elemento de reflexión de las prácticas educativas” (Imbernón, 1998).

En el intento de comprender la Docencia que se tiene hoy, se suelen contraponer dos tendencias o enfoques, el racional-técnico, centrado en los contenidos de la enseñanza y el actual, a quienes algunos reconocen como constructivista, centrado en el estudiante.

En el primero de los enfoques se le asigna al Profesor una función básica: la transmisión de contenidos culturales, o sea, de las disciplinas. La especificidad profesional del Profesor es dominar el contenido que se debe enseñar; en su evaluación se valora la calidad de la formación directamente relacionado con el buen dominio de los contenidos. El Profesor se constituye o pasa a ser visto como un mediador o puente entre los alumnos y los contenidos seleccionados algunas veces por otros, pero administrados al estilo del Profesor. Los contenidos son válidos por tradición y son iguales para todos; se rechaza la diversidad, haciendo abstracción de los contenidos socio-culturales.

Es importante diferenciar, en este enfoque, la orientación técnica o racional-técnica. Pérez (1992) describe así este enfoque : ”La concepción de los procesos de enseñanza como mera intervención tecnológica, la investigación de la enseñanza dentro del paradigma proceso-producto, la concepción del Profesor como Técnico y la formación del Docente dentro del modelo de entrenamiento basado en las competencias son elocuentes indicadores de la amplitud temporal y espacial del modelo de racionalidad técnica”.

La especificidad profesional del Profesor se asocia a la competencia docente, entendida como proceso técnico generalizable, sistemático y rutinario, y se concentra la atención en un Profesor técnico, dotado de técnicas y medios para solucionar problemas (siempre de carácter general, no situaciones problemáticas ligadas al contexto). Aparece la pretensión de “cientificidad”, caracterizada sobre todo por una forma de elaborar la programación de los procesos de enseñanza y aprendizaje mediante objetivos operativos o de conducta, y mediante análisis de contenidos con herramientas de la Teoría de Sistemas. La formación del Profesor se apoyaba y transmitía en un concreto y específico modelo normativo suministrado por expertos infalibles (Imbernón 1998 ). Pasa a tener sentido así, un enfoque centrado en la eficacia técnica del producto, para la evaluación y la descripción, basado en la estricta relación de causalidad entre la enseñanza y el aprendizaje: lo que aprende el Estudiante es causado por lo que enseña el Profesor. En este punto se excluye el contexto, la relación de contenidos, al individuo como integrador y / o como parte integrante de un Sistema Educativo, entre otros factores que podrían considerarse como debilidades de este enfoque.

En relación a las investigaciones proceso-producto, en las que el control de variables es fundamental, y adquieren mayor importancia la psicología cognitiva y los métodos para el procesamiento de información, también se han presentado propuestas críticas que cuestionan su validez. La Psicología Analítica sugiere para la educación una orientación de tipo personalista, basada en la formación personal del profesor, en su autoanálisis, en la dinámica de grupos y la no direccionalidad. Cada persona ha de descubrir su propio camino y ha de utilizar los aprendizajes con un significado personal.

Otro enfoque, que da importancia a la reflexión sobre la práctica en un contexto determinado, se puede denominar de orientación práctica de análisis interpretativo y éste, asigna mayor importancia en los procesos de investigación de la docencia a lo cualitativo que a lo cuantitativo, basándose en el estudio de la vida en el aula y en el trabajo colaborativo como desarrollo del centro. El profesor es un profesional enfrenta y debe resolver situaciones de incertidumbre dentro del aula y en su quehacer diario, situaciones que son contextualizadas e idiosincráticas para lo que recurre a la investigación como una forma de decidir e intervenir prácticamente sobre ellas. La especificidad profesional es generada por el desarrollo de las capacidades reflexivas de interpretar, comprender y reflexionar sobre la enseñanza. Su formación y por tanto la evaluación de su quehacer se basa en la adquisición de instrumentos intelectuales que apoyen la interpretación y el conocimiento de las situaciones problemáticas con las que frecuentemente se enfrenta. Se convierte así el profesor, al trascender el papel de simple comunicador o puente hacia los conocimientos, en un decodificador e interpretador, efectuando una tarea de comunicación intersubjetiva, para dar a la formación la dimensión de nexo entre el saber intelectual y la interpretación de una realidad social contextualizada. Cobra relevancia así, el carácter ético de la actividad docente.

Mas recientemente, viene a sumarse a esta tendencia práctico-reflexiva un enfoque mas crítico social, que exige de la reflexión del profesor salir o ir más allá de los límites de la universidad, para entrar a analizar todo tipo de intereses subyacentes a la enseñanza y a la realidad social, en la búsqueda de la consecución de la emancipación mental de las personas. La fuente de este enfoque, puede considerarse el enfoque crítico habermasiano, que deja de lado el concepto de profesor tradicional, académico y enciclopédico, y el del experto técnico, con una función claramente definida: transmitir conocimientos mediante la aplicación rutinaria de procedimientos de instrucción diseñados y dirigidos desde afuera. Se perfila un rol diferente para el profesor, más activo en el desarrollo, diseño, evaluación y reformulación de estrategias y programas de formación. Este nuevo perfil del profesor cuyas características más resaltantes sería, parafraseando a Stenhouse (1984 ): “ una capacidad para un desarrollo profesional autónomo mediante un sistemático autoanálisis, el estudio de la labor de otros profesionales y la comprobación de ideas mediante procedimientos de investigación en el aula”.

Este nuevo punto de vista implica, entre otras cosas, que es necesario el desarrollo, por parte del profesor, no solo de sus competencias en calidad docente, es básica también, la competencia en calidad investigadora del profesorado.

Aparece entonces otra variable a ser considerada, las Competencias Docentes, su concepto y su categorización. Este tema también ha sido tratado con amplitud y, sin embargo pareciera que con el transcurrir del tiempo y a medida que se realizan mas estudios al respecto, solo logra descubrirse que cada día falta mas por definir.

La asignación de funciones a la universidad cambia, entre otros factores, con la época y según las ideas y modos culturales dominantes en cada sociedad, lo que es patente hoy mas que nunca en la actualidad del país, al encontrarse inmersas las instituciones de educación superior y, prácticamente toda la sociedad, en la discusión del proyecto de “Ley de Universidades” que apunta a ir más allá del ámbito universitario, al esgrimirse como instrumento de discusión entre modelos políticos confrontados. Esta sociedad del nuevo siglo se caracteriza por un importante proceso de innovación tecnológica y de intercomunicación creciente entre países, grupos y sectores: el llamado fenómeno de globalización.

En este contexto, a la universidad se le pide una nueva función: preparar para vivir y trabajar en un contexto cambiante, turbulento dicen algunos autores, de manera tal que los hombres educados no dependan tanto de un conjunto de saberes, pues ésos tienen un alto grado de obsolescencia, sino de la capacidad de aprender contenidos nuevos sin volver a la universidad y de la capacidad de enfrentar y resolver retos, problemas y situaciones inéditas.

Y, consecuentemente, a los docentes se les plantean problemas diferentes y nuevos. La materia de su actividad, de por sí, es cambiante y, además, tienen una nueva función: enseñar para aprender. Es decir, ahora es clave que los alumnos aprendan a desarrollar procesos cognoscitivos para ser aplicados a situaciones inéditas; y no sólo aplicaciones del conocimiento. Es una nueva función del docente porque no se enseña igual (tampoco se aprende igual) un conocimiento establecido, probado, comprobado, que una habilidad, una actitud, o lo más demandado ahora por la sociedad, una competencia.

Según la UNESCO en el Informe Delors (1997) competencia es adquirir una capacidad. Se opone a la calificación, orientada a la pericia material, al saber hacer. La competencia combina esa pericia con el comportamiento social. Por ejemplo, se puede considerar competencia la actitud para trabajar en equipo, la capacidad de iniciativa y la de asumir riesgos. Las competencias no sólo se aprenden en la educación formal; resultan también del empeño y desempeño del trabajador que por sus cualidades innatas o adquiridas subjetivas, combina los conocimientos teóricos y los prácticos que lo llevan a adquirir la capacidad de comunicarse, de trabajar con los demás, de afrontar y solucionar conflictos, de mejorar la actitud para las relaciones interpersonales. Las competencias suponen cultivar cualidades humanas para adquirir, por ejemplo, capacidad de establecer y mantener relaciones estables y eficaces entre las personas. Competencia es algo más que una habilidad; es el dominio de procesos y métodos para aprender de la práctica, de la experiencia y de la Inter.-subjetividad.

Ya no basta formar docentes capaces de trabajar en universidades para todos, con grupos numerosos, y orientadas en términos generales para formar profesionales liberales. Ahora la sociedad pide formar docentes capaces de facilitar en los alumnos aprendizajes para la vida, para ser personas, para un oficio y, sobre todo, alumnos capaces de aprender por sí mismos. Lo que puede traducirse en una exigencia hacia la calidad docente.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

FUENTES M. M. Y HERRERA S. J. (1999). Evaluación Docente. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado 2(1). Santiago de Chile.

HERRERO, J. DE JUAN et al. (1991). “Criterios para la evaluación del profesorado universitario”. en: 2ª Jornadas de Didáctica Universitaria. Madrid, Consejo de Universidades.

IMBERNÓN, FRANCISCO (1998). La formación y el desarrollo profesional del profesorado. Barcelona, Editorial Graó.

JIMÉNEZ, B. , BORDAS, I., TEJADA, J. (1999). Evaluación de programas, centros y profesores. Madrid, Editorial Síntesis.

JOINT COMMITTEE ON STANDARDS FOR EDUCATIONAL EVALUATION (1994). The Program Evaluation Standards.Thousand Oaks, CA: Sage Pub.

PÉREZ, A. (1992). “La función y formación del profesor/a en la enseñanza para la comprensión. Diferentes perspectivas”. en: Gimeno, J. y Pérez, A.: Comprender y transformar la enseñanza. Madrid. Morata.

STENHOUSE, L. (1984). Investigación y desarrollo del curriculum. Madrid. Morata.

STUFFLEBEAM D. Y SHINKFIELD (1993). Evaluación Sistemática. Barcelona: Piados

UNESCO. (1997 ). Informe Delors: "La educación es un tesoro". UNESCO

TENDENCIAS EPISTEMOLÓGICAS DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN EL SIGLO XXI.DR. JOSÉ PADRÓN GUILLEN.

Manrique Mary Luz C.I 13882606

Zambrano Marlin C.I 16513256

Mendoza Nélida C.I 9235622

García Ana C.I 16124155

La Epistemología estudia el conocimiento en general desde un punto de vista filosófico, por ello es importante que el investigador deba tomar una postura previa de su estudio para analizar y diagnosticar los escenarios que se ha de encontrar en el camino con el fin que presente nuevas propuestas conceptuales que salgan del pensamiento netamente histórico para así dar la bienvenida a un nuevo marco explicativo.

En este sentido, las perspectivas precognitivas desde la cuales se puede hablar o teorizar el Conocimiento (o sea, desde las cuales se puede “hacer epistemología”) tiene su origen en la conocida tesis de los Tres Mundos de Popper (1982), que a su vez puede ponerse en conexión con la anterior tesis del “Triángulo de Odgens” donde se plantea de los tres (3) elementos esenciales en la adquisición de conocimientos, los cuales son:

1. Odgens: el pensamiento, la idea - Popper: mundo 2 (el Yo, lo Subjetivo).

2. Odgens: el Símbolo – Popper: mundo 3 (constructos compartidos, lo Intersubjetivo).

3. Odgens: el referente – Popper: mundo 1 (las cosas, lo Objetivo).

Dentro de esta misma concepción, hay que contemplar que la epistemología del siglo XX comenzó por el Círculo de Viena (1920), hasta la concepción de la ciencia de los objetos como lo son: empirismo, idealismo, etnometodología e investigación cualitativa. Es durante este periodo donde aparecen dos importantes vertientes, la primera con una razón axiológica y la segunda con una razón pragmática.

Así, en el siglo XXI, en el marco de las nuevas Epistemologías, a fin de divulgar el mismo interés pragmático surgen:

1. Las Epistemologías Subjetivas basadas en el racionalismo y empirismo idealista en la búsqueda de la relación sujeto-objeto, dando origen a :

· La Epistemología Contextualista (contraposición entre internalismo y el innatismo).

· La Epistemología Feminista, focaliza diferentes perspectivas: las críticas al sexismo contra la mujer, el machismo como rasgo de la modernidad y el feminismo de la posmodernidad; el feminismo como variante del contextualismo; las metodologías femeninas en la ciencia; el razonamiento científico femenino, entre otros.

· La Epistemología Social, cuyos estudios contraponen el empirismo idealista pasando a una versión subjetivista-realista.

· Otras Epistemologías Subjetivistas, adscritas al enfoque subjetivista.

2. Las Epistemologías Empíricas-Realistas caracterizadas por una visión empirista, inductivista, analítica y objetivista bajo el paradigma neopositivista del Círculo de Viena, dentro del cual se destaca:

· La Epistemología Testimonial donde el conocimiento se transmite desde otras personas.

· La Epistemología Probabilística o Bayesiana, la cual justifica la inducción permitiendo el análisis de las prácticas científicas y aplicaciones a la investigación social.

· La Epistemología de la Percepción, la cual parte de que todo nuestro conocimiento fáctico depende del modo en que vemos, oímos, olemos, gustamos y tocamos el mundo exterior.

3. Las Epistemologías Racionalistas-Realistas basadas en que la razón es la fuente genuina de la producción del conocimiento y se sustenta en:

· La Epistemología Evolucionista que consiste en explicar los procesos del conocimiento (incluyendo el científico) desde el punto de vista biológico de una teoría evolutiva, usando modelos y analogías que den cuenta de los cambios conceptuales y científicos y del desarrollo de teorías.

· La Epistemología Naturalizada Racionalista, parte de los modelos hipotéticos en el plano meta-teórico para luego ser falsados en el plano observacional de la historia de la ciencia, bajo el mismo estándar popperiano del ensayo y error.

· La Epistemología Cognitiva, la cual analizará los procesos científicos desde el mismo ángulo de los modelos de las ciencias cognitivas.

En síntesis, se debe orientar la epistemología como elemento fundamental para que se realice la investigación científica, donde las sociedades que produzcan conocimientos serán más aventajadas en relación a otras, pues éstas tendrán que copiarlo elevando su dependencia, por lo que la investigación constituye un recurso para la producción autónoma de conocimientos y por consiguiente de libertad.

LIDERAZGO SITUACIONAL FUNDAMENTADO EN LAS COMPETENCIAS PERSONALES DEL DOCENTE UNIVERSITARIO COMO ESTRATEGIA PARA INCREMENTAR EL RENDIMIENTO ACADÉMICO


Karlin Fergusson C.


Es indiscutible la importancia de la Educación Superior, a través de ella las personas se capacitan para desempeñar un rol en la sociedad. Es así como las universidades son cada vez más reconocidas como un instrumento de desarrollo al incrementar la competitividad y la calidad de vida de las personas.

Dentro de ese subsistema perteneciente al sistema educación, el docente juega un papel fundamental en la formación de sus estudiantes, incluso en la actualidad donde las nuevas tendencias educativas apuntan hacia el alumno como centro de su aprendizaje, para Segura (2005) “Una de las funciones con mayor exigencia, por su alto compromiso con las nuevas generaciones y con los destinos de un país, es la del educador.” (p.174) En este sentido, es importante que ejerza un liderazgo efectivo en el aula de clase que le permita guiar el proceso y alcanzar los objetivos de aprendizaje planteados.
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El docente líder debe convencer  a sus estudiantes de realizar la experiencia por ellos mismos, ser un motivador que logre desafiar, animar e incitar a investigar y explorar, siempre considerando las individualidades de cada una de las personas que tiene a su cargo y con plena conciencia de que él es un sujeto que se encuentra en constante transformación producto de la relación de liderazgo que ejerce.

Tal escenario o condición ideal, en ocasiones dista mucho de la realidad, afectando el rendimiento académico de los estudiantes. En este orden de ideas, la investigación que pretende realizarse plantea la creación de un modelo de liderazgo situacional, cuyas características predominantes sean las competencias personales que debe tener el docente universitario en diversos contextos, incrementando así el desempeño estudiantil.

Objetivo General:
Elaborar un modelo de liderazgo situacional fundamentado en las competencias personales del docente universitario como estrategia para incrementar el rendimiento académico.

Fundamentos Epistemológicos:
Todo tema de investigación puede ser abordado desde diferentes perspectivas dependiendo del enfoque que el autor quiera darle. En este orden de ideas, Marqués (1996) considera que “…en las Ciencias Humanas se presentan problemas que cuestionan seriamente la utilización de los métodos propios de las Ciencias Naturales…” algunos de los cuales son: la relación sujeto/objeto de conocimiento, el problema de la medida, el problema del método, el lenguaje empleado y la presencia de dificultades para diferenciar lo esencial y lo accesorio cuando hay implicaciones culturales. Por esta razón se descarta la adopción del positivismo como corriente epistemológica que fundamente la presente investigación, asumiéndose una visión cualitativa que permitirá interpretar el fenómeno aún cuando la autora forme parte de él.

Es así como la investigación se fundamentará epistemológicamente en varias corrientes de corte cualitativo, que se complementarán ofreciendo una visión más amplia del fenómeno a estudiar.  En este sentido, Murcia y Jaramillo (s/f) consideran que “en un proceso de investigación social, lo que se busca es comprender el fenómeno, lo más cerca posible a la realidad que viven los sujetos inmersos en este, y esa comprensión no se logra en su totalidad si se percibe desde pequeñas miradas del investigador”  por ello debe acudirse al principio de la complementariedad como una posibilidad de articulación entre las opciones que ofrece cada enfoque, permitiendo así analizar el fenómeno del liderazgo docente desde diferentes perspectivas y logrando una visión más amplia de él.

De acuerdo con estos autores, existe una base sólida para asumir la complementariedad como principio, estas son: 1) la teoría de la complejidad de las ciencias, propuesta por Morin y 2) el principio sistémico ecológico expuesto por Martínez.

La Teoría de la Complejidad:
Supone que la ciencia detiene su curso cuando se simplifica, se reduce o fracciona cada una de sus partes, desconociendo la relación con el todo y con otras ciencias. Para Morin (1999) “Los problemas de organización social sólo pueden comprenderse a partir de este nivel complejo de la relación parte-todo.”

El Principio Sistémico Ecológico:
Que establece que “la mente no sigue solo un camino, línea o dirección sino que sigue un enfoque modular, estructural, dialéctico gestáltico, donde todo afecta e interactúa con todo” Murcia y Jaramillo (s/f).  

Esta complementariedad, implica la llamada triangulación que de acuerdo con Morse, citado por Arias (1999) se define “como el uso de al menos dos métodos… para direccionar el mismo problema de investigación. Cuando un método singular de investigación es inadecuado.”

Luego de argumentar el uso de la complementariedad epistemológica se describirán las corrientes cualitativas que sustentarán el trabajo de investigación, estas son: la Fenomenología Interpretativa o Hermenéutica y la Etnografía.

La Fenomenología Interpretativa o Hermenéutica ha tenido un amplio uso en las ciencias sociales, en especial en el área de la investigación educativa, tal como lo establece Cisterna (2005) al afirmar que “su profundización en el campo de la educación por otros autores (Grundy, 1986) se han visto cada vez mas desarrollados en los últimos años, lo que ha significado socializar y masificar los estudios metodológicos cualitativos” (p.61). En este sentido, la adopción de esta corriente permitirá a través de los procesos hermenéuticos comunicar, interpretar y comprender los mensajes y significados que no son evidentes en textos y contextos, tener una visión clara del fenómeno.
La etnografía facilitará la contextualización de la investigación, enfatizando el marco contextual o el medio donde se desarrollan los hechos. Dado que la autora forma parte del objeto de estudio y que en los trabajos etnográficos es necesario que el investigador se adentre en el grupo para aprender su lenguaje y costumbres que le permitan interpretar de forma adecuada los sucesos, el empleo de esta corriente se considera apropiado.
Finalmente, es importante mencionar que los elementos tomados de uno u otros enfoques no deberán ser excluyentes entre sí, así como también que cualquier otro aporte que brinden corrientes diferentes a las que se han desarrollado pero que sean de utilidad a los fines de la investigación se considerarán para fundamentarla. 

REFERENCIAS
Arias, M. (1999). Triangulación Metodológica: Sus principios, alcances y Limitaciones. [documento en línea]. Disponible:  http://www.robertexto.com/archivo9/triangul.htm (28 enero, 2011).

Cisterna, F. (2005). Categorización y Triangulación como Procesos de Validación del Conocimiento en Investigación Cualitativa. [revista en línea]. Disponible: http://fespinoz.mayo.uson.mx/categorizacion%20y%20trinagulacio%C3%B3n.pdf (29 enero, 2011)

Marqués, P. (1996). Reflexiones sobre ciencia, conocimiento y método científico. [documento en línea]. Disponible: http://peremarques.pangea.org/edusoft.htm (30 enero, 2011)

Morin, E. (1999). La epistemología de la Complejidad. [documento en línea]. Disponible: http://www.ugr.es/~pwlac/G20_02Edgar_Morin.html (30 enero 2011)

Murcia, N. y Jaramillo, L. (s/f). La Complementariedad como Posibilidad en la estructuración de Diseños de Investigación Cualitativa. [documento en línea]. Disponible: http://www2.facso.uchile.cl/publicaciones/moebio/12/murcia.htm (29 enero, 2011)

Segura, M. (2005). Competencias Personales del Docente. [Revista en línea]. Disponible: http://servicio.cid.uc.edu.ve/educacion/revista/a5n26/5-26-11.pdf (28 enero, 2011).

Incertidumbre y Complejidad: Reflexión acerca de los Retos y Dilemas de la Pedagogía Contemporánea. De: Hernández Rodrigo.

Integrantes:

García Ana Kimberlim.

Manrique Mary Luz.

Mendoza Nélida.

Zambrano Marilin.

El ser humano por su naturaleza es único, complejo y posee diversidad de sistemas a nivel físico, intelectual y emocional que lo hacen ser como es (Ser), actuar (Hacer y Conocer) y producir, transformar (aprender a desaprender y aprender a aprender), debe ser un individuo capaz de “…pensar el pensamiento para generar un conocimiento” como lo propone Edgar Morín, pero ese conocimiento debe fortalecerse con herramientas pedagógicas para poder crear un cambio o transformación siempre buscando el fortalecimiento de la educación para lograr la calidad de vida deseada.

En el mismo orden de ideas, dicho cambio o transformación, logrado por el hombre, genera complejidad e incertidumbre tanto en el actuar como en el pensar, pues siempre están presentes en todos los procesos de cambio, tanto históricos como actuales, funcionando como agente evaluador para mejorar; entonces, se debería de aplicar en todo ámbito del Quehacer Pedagógico dicha evaluación para solucionar problemáticas a nivel del conocimiento y mejorar así la calidad de la enseñanza y por ende el aprendizaje.

En palabras de Campo (2008) “Vivimos en una crisis profunda de las certezas y requerimos de nuevos métodos e instrumentos de pensamiento y de acción”p.2. Por ello, los docentes que somos formadores y participantes de la sociedad del conocimiento, debemos enseñar a nuestros alumnos a dudar de la misma enseñanza que les facilitemos y que la verdad siempre es relativa, para que aprendan a ser investigadores sociales y que en todo momento practique la incertidumbre y complejidad del conocimiento, para que sean partícipes activos del cambio de la sociedad en la que se desenvuelven.

Siempre que la sociedad evoluciona y comienza con procesos de cambio, éste proceso genera incertidumbre y complejidad, pues dispone de muchos agentes evaluadores que en algunos casos respaldan la transformación pero por el contrario en otros realizan críticas constructivas y destructivas, es relativo el pensamiento así como la verdad que se intenta insertar en ese momento de transformación que para unos será para mejor y otros pueden resultar afectado o temerosos de si va a resultar o no, esas características son parte del ser humano y de eso se trata el vivir, pues todos tenemos el derecho, deber y la responsabilidad de contribuir a la mejora de la sociedad para la fluida convivencia.

Así pues, los invitamos a fomentar el pensamiento complejo y la incertidumbre en todas y cada una de las personas que conozcamos para crear pensadores críticos y reflexivos que puedan aportar semillas intelectuales en su momento y puedan por medio de ellas generar un cambio histórico significativo.

LINEAS DE INVESTIGACIÓN


Universidad Fermín Toro

Coordinación de Administración

Núcleo Barinas


Doctorado en Ciencia de la Educación


Línea 1. “Educación para la Participación y el Protagonismo Social”

Línea 2. “Liderazgo para el Cambio y la Transformación Educativa”

Educación para la Participación y el Protagonismo Social

Lineamiento Básico:

El propósito de esta línea de investigación se orienta a analizar críticas creativas e interrelacionadamente el Sistema Educativo Nacional y su problemática en sus dimensiones filosóficas, epistemológicas, teóricas y axiológicas, para investigar interdisciplinariamente, prospectivamente y generar conceptos, teorías, sistemas modelos y propósitos cuya aplicación logren cambios y transformaciones en la Educación Nacional., ele ve la calidad educativa venezolana y forme ciudadanos aptos para vivir y construir una sociedad democrática y participativa. Todo ello redundará en mejor calidad de vida del venezolano y el logro del desarrollo sustentable del país.

Áreas temáticas para productos investigativos.

- Valores para una Sociedad Democrática

- Currículum y formación en Valores para la Democracia

- Participación y Ciudadanía

- Cultura para la participación y el protagonismo social

- Educación de valores democráticos

- Competencia para educar en y para democracia

- La construcción de saberes para la construcción social

- Captación docente en valores y para la democracia

- Educación de calidad para la calidad de vida

- Modelos sociales democráticos

- Docencia y participación social

- Educación y calidad de vida comunitaria

- Gerencia del conocimiento para educación participativa y protagónica

- Escuela-Comunidad en el contexto de una sociedad para la participación y el protagonismo social.

Liderazgo para el Cambio y la Transformación Educativa

Lineamiento Básico

El propósito fundamental de esta línea de investigación, se orienta a la identificación, descripción, análisis y explicación de procesos de liderazgo en su dimensión individual y colectiva, para investigar interdisciplinariamente y derivar conceptos, teorías, modelos y propuestas cuya aplicación genere transformaciones y cambios en el Sistema Educativo Nacional, liderados por los actores sociales del proceso educativo.

Áreas temáticas para productos investigativos.

- El docente como líder para el cambio educativo

- La participación social y el cambio educativo

- Participación colectiva en procesos de cambio educativo

- El liderazgo del directivo como proceso de transformación de las instituciones educativas

- El liderazgo compartido en las instituciones educativas

- Liderazgo y escuela

- Currículum y formación en liderazgo transformacional

- Calidad personal y profesional del líder para el cambio educativo

- Valores y liderazgo transformacional

- Liderazgo en la sociedad del conocimiento