miércoles, 2 de febrero de 2011

TENDENCIAS EPISTEMOLÓGICAS DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN EL SIGLO XXI

GRUPO 4:

Msc LUIS LUNA

Msc. MARIA E. RAMIREZ

Msc JESÚS GÓMEZ

En función al surgimiento de nuevos problemas, al replanteamiento de problemas antiguos y a las nuevas propuestas de solución de los mismos, surgen nuevas tendencias, con variaciones diferenciales, en el desarrollo de la Epistemología.

Esas variaciones diferenciales tienen que ver con la concepción, para unos, que la epistemología estudia el conocimiento en general, mientras que para otros se restringe al conocimiento científico. Todo esto da pié a las teorías precognitivas del conocimiento.

Atendiendo a esas perspectivas, se asocian tres variaciones importantes en las tendencias recientes de la Epistemología.

- En primer lugar, se habla de la perspectiva desde la cual se concibe la Epistemología como Filosofía Analítica, que se caracteriza por su énfasis en la rigurosidad del análisis de los fenómenos.

- En segundo lugar, se tiene a la perspectiva desde la cual se concibe la Epistemología como reflexión libre, tanto en un plano filosófico no analítico como en un plano socio-histórico, cultural, psicológico y antropológico, sin demasiadas preocupaciones acerca de los linderos entre esas áreas, sobre la base de nociones tales como el “pensamiento complejo”, el “holismo”, la “transdisciplinariedad”, la “reflexividad” o la “posmodernidad”.

- En tercer lugar, se habla de la perspectiva que concibe la Epistemología como ‘Meta-Teoría’ y como ciencia fáctica obligada a explicar, mediante teorías contrastables, los procesos del conocimiento científico.

En función a ello estas teorías no pueden tratadas unívocamente, sino relacionadas con determinadas perspectivas de fondo que generan diversidades en los modos de hacer epistemología y de hablar de ella.

Estas perspectivas generan tendencias epistemológicas que tienen sus antecedentes en épocas lejanas, tales como la Matriz Diacrónica que comenzó como un desarrollo paradigmático desde 1920 hasta 1970 aproximadamente. Este paradigma se centra en la concepción de la ciencia de los objetos observables, donde se trabaja con el empirismo-realista, neopositivismo y el neoconductismo, la concepción de los objetos calculables, la concepción de la ciencia de los objetos intuibles, hasta terminar en la concepción de la ciencia de los objetos vivibles o experienciables. Es decir, se observa, se calcula, se intuye y se experimenta.

Este paradigma de ciencia de los objetos calculables especifica que los conceptos físicos son libres creaciones de la mente humana y no están, por más que parezcan, únicamente determinados por el mundo externo. En función a este objeto de la ciencia hacia lo pensable o calculable se abre el camino a la famosa revolución cognitiva y a las teorías de la mente y del lenguaje, todo lo cual aun hoy día permanecería en el terreno especulativo o filosófico si no hubiese sido por este cambio paradigmático generado por la irrupción del enfoque epistemológico racionalista-realista.

Dice Padrón que Finalmente, como resultado de este paradigma de la escuela de Frankfurt, la década de los ’60 termina con una variante epistemológica que se desplaza hacia el empirismo (en términos de experiencialismo o vivencialismo), manteniendo los mismos estándares fenomenológicos, reflexivistas, subjetivistas, del paradigma de Frankfurt.

Además dice que los enunciados fenomenológicos descansan siempre en experiencias personales de la vida por parte del autor en el ámbito al que él se refiere. Por tanto, la instancia para la comprobación intersubjetiva de enunciados fenomenológicos no es un procedimiento empírico, sino el asentimiento del lector experimentado y competente en una impresión. Es decir, el lector competente comprueba, hermenéuticamente, la contundencia de lo dicho en su propia experiencia de vida; él examina el texto bajo el punto de vista de si reproduce o interpreta adecuadamente esta experiencia.

Nace, así, la llamada investigación cualitativa de donde surgen numerosas corrientes que van desde la investigación-acción y la observación participante, pasando por la etnometodología y la etnografía, hasta la investigación militante y la investigación comprometida.

Para los años 1970-1990, surge la tendencia de la visión programática y transindividual de la Ciencia, un paradigma ubicado dentro del enfoque racionalista – realista, donde Popper señala que el conocimiento crece por razones lógicas internas, y no por razones socio históricas externas a través de las mencionadas revoluciones científicas, según la tesis de Kuhn.

Estas diferencias entre pensadores intentan conciliarse mediante la noción de los Programas de Investigación, según los cuales una teoría es en realidad un conjunto de teorías menores ligeramente diferentes entre sí que coinciden en un mismo núcleo, o sea, al menos en una misma idea esencial, es decir, las investigaciones no son entre sí aisladas, sino que ofrecen nexos de consanguinidad, al punto de que ninguna investigación vale la pena si se la considera en sí misma, sino en relación con las conexiones que mantiene con respecto a toda una red.

En esta misma época de los 70-90 surgen dos prolongaciones importantes en el seno de los dos enfoques realistas (empirista y racionalista): el de la Epistemología Naturalizada y el de la Epistemología Evolutiva.

La tesis de epistemología Naturalizada es planteada por Willard Van Orman sobre la base de su tesis empirista según la cual no hay conocimiento previo a la experiencia, o sea, todo conocimiento proviene en última instancia del mundo externo. En general, la epistemología naturalizada propone los mismos tratamientos de las ciencias fácticas a la explicación de los procesos científicos, pasando a ser un conjunto de teorías cuyo correlato empírico estaría en la historia de la ciencia susceptible de generar sus respectivas tecnologías, igual que cualquier otra ciencia fáctica. Esto contrasta con las visiones tradicionales que conciben la epistemología como algo independiente de los aspectos científicos relativos a los procesos cerebro - mente y como análisis filosófico apriorístico.

La Epistemología Evolutiva comienza a comienza a definirse a partir de las nociones de Popper, teniendo como tesis general que la evolución biológica condiciona cualquier comportamiento cultural, social y cognitivo, de donde se sigue que los procesos cognitivos, incluyendo los que explican el conocimiento científico, tal como la misma epistemología, dependen de la evolución biológica del ser humano.

En el período 1990 – 2006, surgen tendencias actuales de la epistemología que tienen que ver con el nivel de desarrollo alcanzado y las potencialidades paradigmáticas de nuevos planteamientos, dentro de los que destacan:

La epistemología contextualista: Expresa que el 99.9% del conocimiento de un organismo es heredado o innato y sólo una décima parte consiste en modificaciones de dicho conocimiento innato. Esta tendencia epistemológica viene frecuentemente manejada en relación con el escepticismo y con el externalismo. Sostiene, en general, que los procesos científicos varían según el contexto y se esfuerza en explicar la ciencia, la tecnología y la investigación en dependencia de factores contextuales tales como las intenciones y presuposiciones del grupo académico dentro del que ellas tienen lugar, los estándares socioculturales locales, las creencias y relaciones interpersonales.

La Epistemología Feminista: La tesis general de esta tendencia epistemológica, parte de la crítica de que las teorías de la ciencia están masculinamente sesgadas, así que las mismas deberían reencuadrarse menos masculinamente. La ciencia es hasta ahora sensible al género, por lo cual, abandonando ese sesgo masculino, se promoverían avances más rápidos y amigables. Esta tesis, como es de suponer, es manejada desde ángulos que varían por su radicalismo, desde los más fuertes hasta los más moderados.

La epistemología Social: Esta tendencia prolonga y desarrolla las tesis socio-historicistas de Kuhn, postulando que los procesos científicos se ven estrictamente afectados por las relaciones sociales y por los hechos culturales. Pero otra de sus vertientes responde mucho más a los planteamientos del programa fuerte, relativista, de la sociología del conocimiento. Esta epistemología social se concibe dentro de una concepción filosófica empirista.

La Epistemología Testimonial: llamada también epistemología del testimonio, está incluida en la epistemología social. Surge dentro del problema de las fuentes del conocimiento y de la justificación del mismo y desarrolla las condiciones bajo las cuales el conocimiento en general, incluyendo el científico, resulta válido no a partir de las propias construcciones del agente, sino de los procesos de transmisión desde otras personas

La Epistemología de la percepción: se enfoca como una meta-teoría que justifica los procesos científicos alimentados por fuentes perceptuales. El punto de partida es que todo el conocimiento fáctico depende del modo en que vemos, oímos, olemos, gustamos y tocamos el mundo exterior.

La Epistemología Cognitiva: esta epistemología asume que la lógica de los procesos científicos inobservables tiene una base cognitiva. Es una visión naturalizada del conocimiento científico, dentro del enfoque racionalista-realista,


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